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Seguridad Aérea en 2025: ¿Son los Cielos Menos Seguros?

Un análisis exhaustivo de los datos más recientes sobre aviación civil confirma una tendencia preocupante: tras un 2023 excepcionalmente seguro, el año 2024 registró un drástico aumento en el número de accidentes y víctimas mortales a nivel mundial.

Esta estadística, sumada a una serie de siniestros de alto perfil en la primera mitad de 2025, ha intensificado el escrutinio sobre la industria y ha generado inquietud entre los viajeros a nivel mundial, a pesar de que volar sigue siendo, estadísticamente, el medio de transporte más seguro.



El Contraste de las Cifras: De la Calma de 2023 a la Alarma de 2024

La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) ha calificado las cifras de 2024 como un "trágico y oportuno recordatorio" de la necesidad de una acción colectiva para mantener la seguridad. Según el informe de seguridad de la OACI edición 2025, el año 2024 cerró con 95 accidentes en vuelos comerciales programados, un notable incremento frente a los 66 de 2023. De estos, diez fueron accidentes fatales que resultaron en 296 muertes, una cifra que cuadruplica con creces las 72 fatalidades del año anterior.

En consecuencia, la tasa global de accidentes se elevó a 2.56 por cada millón de despegues, un aumento considerable desde el 1.87 registrado en 2023. La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), aunque con una metodología ligeramente distinta, también reflejó esta tendencia, reportando una tasa de 1.13 accidentes por cada millón de vuelos en 2024, empeorando la cifra de 1.09 de 2023. En sus registros, la IATA contabilizó 7 accidentes fatales con 244 víctimas.

A pesar de este repunte, es crucial poner las cifras en perspectiva. La IATA subraya que la mejora de la seguridad a largo plazo es una constante. La media quinquenal (2020-2024) es de un accidente por cada 810,000 vuelos, una mejora muy significativa si se compara con la media de un accidente por cada 456,000 vuelos en el lustro de 2011 a 2015.


Un Preocupante Comienzo de 2025

Si los datos consolidados de 2024 encendieron las alarmas, una serie de trágicos sucesos en los primeros meses de 2025 ha mantenido la seguridad aérea en el centro del debate público. Entre los incidentes más graves se encuentran:

  • La colisión en el aire sobre el río Potomac (29 de enero de 2025): Un jet regional y un helicóptero militar colisionaron, causando la muerte de 67 personas.
  • El accidente de Bering Air en Alaska (6 de febrero de 2025): Un vuelo de cercanías se estrelló, resultando en la pérdida de 10 vidas.
  • El accidente del vuelo 171 de Air India en Ahmedabad (12 de junio de 2025): Considerado el peor desastre del año, un Boeing 787 se estrelló poco después del despegue, causando la muerte de las 241 personas a bordo y al menos 39 en tierra.

Estos eventos, entre otros, han contribuido a una mayor percepción de riesgo entre los pasajeros, como lo refleja una encuesta de AP-NORC que muestra una disminución en el porcentaje de estadounidenses que consideran el transporte aéreo como "muy seguro".


Posibles Motivos: Una Tormenta Perfecta de Factores

Los expertos señalan que no hay una única causa, sino una confluencia de factores que podrían estar detrás de esta tendencia.

1. Factores Humanos y Operacionales

La OACI ha identificado cuatro categorías de alto riesgo que concentraron la mayor parte de las fatalidades en 2024: el vuelo controlado contra el terreno (CFIT), la pérdida de control en vuelo, las colisiones en el aire y las incursiones en pista. Además, algunas fuentes apuntan a que el error del piloto sigue siendo un factor determinante, responsable de casi el 70% de los accidentes de aviación en Estados Unidos en 2025, lo que plantea interrogantes sobre la formación, la fatiga y la comunicación.

2. El Creciente Impacto de la Meteorología

Un dato revelador del informe de la OACI es que la turbulencia fue responsable de casi tres cuartas partes de todas las lesiones graves en 2024. Esto subraya el creciente impacto de los peligros relacionados con el clima, un área donde se están desarrollando sistemas mejorados de monitoreo en tiempo real.

3. Presión Post-Pandemia

La industria sigue lidiando con las secuelas de la pandemia. La rápida recuperación del tráfico a niveles récord ejerce una enorme presión sobre toda la cadena: desde la escasez de personal cualificado (pilotos, mecánicos, controladores) hasta las tensiones en la cadena de suministro y el mantenimiento de las aeronaves. Esto puede llevar a un entorno propenso a errores.

4. Nuevas Amenazas Tecnológicas

La IATA ha señalado su preocupación por el fuerte aumento de las interferencias en el Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS), como el "jamming" (bloqueo) y el "spoofing" (falsificación de señal), que se perfilan como un riesgo emergente para la seguridad de la navegación en 2025.


El Camino a Seguir: De la Reacción a la Proactividad

Si bien las cifras recientes son motivo de seria preocupación, la aviación no ha perdido su estatus como el modo de transporte más seguro gracias a una robusta cultura de investigación y mejora continua. Cada accidente es analizado exhaustivamente para aprender lecciones que se traducen en nuevos reglamentos, tecnologías y procedimientos de formación.

La situación actual exige una vigilancia renovada. Reguladores como la OACI y la EASA, junto con organismos como la IATA, están impulsando iniciativas globales para mitigar los riesgos identificados, desde planes de acción para la seguridad en pista hasta la mejora de la cooperación civil-militar y el desarrollo de marcos para la integración segura de nuevas aeronaves como los drones.

El desafío para la industria global es claro: debe abordar las presiones operativas actuales y las amenazas emergentes con la misma determinación con la que ha logrado su notable historial de seguridad a largo plazo. La complacencia no es una opción cuando el objetivo sigue siendo alcanzar cero fatalidades en la aviación comercial.



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