America First: cuando las fresas se pudren mientras los robots sirven café con leche de avena
Millones de toneladas de productos sin recoger: la gran cosecha del "America First"
El sueño de Donald Trump de una América independiente, fuerte y, sobre todo, libre de inmigrantes indocumentados está cosechando… absolutamente nada. Mientras millones de toneladas de frutas y verduras se pudren en los campos, suponemos que ahora los agricultores estadounidenses miran al cielo, rezando para que los robots de Elon Musk —el nuevo socio ideológico de Trump— lleguen a tiempo para recoger sus cosechas. Claro, eso si no están demasiado ocupados sirviendo café latte a multimillonarios en sus mansiones inteligentes.
El costo de ignorar la realidad
En un giro sorprendente que nadie (excepto todos los expertos en economía y migración) vio venir, la falta de trabajadores agrícolas ha paralizado el sector agrícola en Estados Unidos. Desde que las políticas de deportación masiva y las redadas migratorias de la administración Trump entraron en marcha, muchos trabajadores indocumentados —el 44% de la fuerza laboral agrícola del país— han optado por no presentarse a sus labores. ¿El resultado? Camiones vacíos, precios al alza y agricultores desesperados.
Pero no nos preocupemos, porque la solución ya está sobre la mesa. Según algunos optimistas, los estadounidenses acudirán en masa a los campos de cultivo. Después de todo, ¿Quién no querría trabajar 12 horas bajo el sol por salarios que apenas compensan el esfuerzo físico extremo? Oh, espera… parece que las oficinas de empleo están desiertas. Al parecer, ese sueño americano de recoger fresas bajo un calor abrasador no es tan popular.
¿Un futuro robótico? No tan rápido
Ante este panorama, algunos se preguntan si la solución vendrá en forma de tecnología. Aquí es donde entra Elon Musk, siempre dispuesto a salvar el día con sus innovaciones. ¿Qué mejor manera de resolver la crisis que desplegar una flota de robots ultramodernos en los campos de cultivo? Por supuesto, hay un pequeño inconveniente: estos robots, si es que algún día llegan a los campos, primero deben superar su entrenamiento actual como baristas en mansiones de Silicon Valley. Al fin y al cabo, ¿quién recogerá las uvas cuando hay cafés con leche de avena que preparar?
El costo de un plan mal diseñado
La ironía es evidente. Mientras Trump proclama su "America First", su administración ha socavado uno de los pilares fundamentales de la economía estadounidense: la agricultura. California, el granero del país, es ahora un desierto de actividad, con agricultores como Joe Del Bosque viendo cómo sus cultivos se marchitan en los campos. Y lo peor es que esta crisis no afecta solo a los agricultores; pronto, los consumidores sentirán el golpe en sus bolsillos, con precios de frutas y verduras disparándose en los supermercados.
La realidad que nadie quiere admitir
La dependencia del sistema agrícola en la mano de obra inmigrante no es un secreto, pero parece que es un hecho incómodo para quienes prefieren soluciones simplistas y populistas. Las políticas migratorias actuales no solo están poniendo en riesgo el suministro de alimentos, sino que también están erosionando la economía rural.
Tal vez, en algún momento, los robots de Musk puedan salvar el día. Pero hasta entonces, mientras las políticas sigan priorizando las deportaciones masivas sobre el sentido común, lo único que crecerá en los campos de Estados Unidos será la frustración.
Un futuro digno de "Idiocracia"
Si nada de esto funciona, siempre queda la opción de mirar al futuro distópico de la película Idiocracia. En ella, los agricultores, en su infinita sabiduría, decidieron regar los campos con Gatorade porque “tiene electrolitos”, y los electrolitos son buenos. ¿Por qué no? Si seguimos ignorando las soluciones reales y nos aferramos a ideas tan poco prácticas como vaciar los campos de trabajadores esenciales, puede que estemos más cerca de ese mundo absurdo de lo que queremos admitir. Eso sí, no olvidemos que los electrolitos “tienen lo que las plantas necesitan”.
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