España a oscuras: causas, sospechas y una recuperación récord
Red Eléctrica de España da por finalizado el mayor apagón eléctrico de las últimas décadas. Veinte horas después del colapso del sistema, el suministro ha sido restablecido prácticamente en su totalidad. Aún así, las incógnitas persisten y las sospechas comienzan a perfilarse.
Un fallo repentino, en cinco segundos
A las 12:33 del lunes, dos desconexiones masivas en plantas de generación eléctrica ocurrieron en apenas cinco segundos. La magnitud del corte fue brutal: una pérdida estimada de 15.000 megavatios, el 60% de la demanda eléctrica en ese momento. Aunque se barajaron distintas causas, la versión preliminar apunta a un fallo localizado en el suroeste peninsular, posiblemente en plantas solares, como el origen del caos.
¿Una debilidad del modelo renovable?
Red Eléctrica sospecha que una desconexión masiva de instalaciones fotovoltaicas pudo provocar el desequilibrio entre oferta y demanda. Esto habría forzado la desconexión del sistema eléctrico español de la red europea, incluido el corte con Francia. En consecuencia, España y Portugal entraron en una situación crítica: un cero energético, una desconexión total de tensión que dejó sin electricidad a millones de personas.
Una recuperación sin precedentes
A pesar del colapso, el sistema mostró una capacidad de respuesta sin igual. A partir de las 8:35 del martes, Red Eléctrica pudo atender la totalidad de la demanda. La colaboración internacional fue clave: Francia y Marruecos prestaron apoyo durante las horas más críticas. Las infraestructuras de alta tensión resistieron, y los técnicos lograron recomponer el sistema eléctrico en tiempo récord.
Lo que sabemos (y lo que no)
Red Eléctrica ha descartado por completo un ciberataque como origen del apagón, tras mantener contacto con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe). No obstante, aún se recopilan datos de miles de instalaciones eléctricas para reconstruir lo sucedido.
Reflexión final: una señal de advertencia que no debe ignorarse
Este apagón no solo apagó la luz, también encendió las alarmas. En un país que avanza decididamente hacia la transición energética y que presume de liderazgo en energías renovables, lo ocurrido es un toque de atención: la sostenibilidad no puede construirse sin resiliencia.
Apostar por la energía solar es apostar por el futuro, pero ignorar los riesgos de su variabilidad puede convertir ese futuro en un presente vulnerable. El sistema eléctrico español ha demostrado que puede levantarse con rapidez, pero también ha quedado claro que no es infalible.
La confianza no se reconstruye con comunicados, sino con transparencia, responsabilidad y decisiones valientes. Y lo que ha pasado debe investigarse a fondo, no para buscar culpables, sino para garantizar que nunca más una nube o una línea caída puedan apagar a todo un país.
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