Los multimillonarios también lloran: el club de fans de Trump se arruina y nadie les avisó (excepto todos)
¿Se acuerdan de esa foto donde todos los grandes empresarios de EE.UU. estaban formaditos, con sonrisa de “esto va a salir re bien”, aplaudiendo la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca? Bueno… ahora, los mismos, están tirándose de los cabellos, llorando en videos, y pidiéndole al universo que les devuelva sus miles de millones de dólares.
¡Sí, están llorando! Pero no porque se les haya roto la cafetera de cápsulas en su yate, no, no. Lloran porque en cuestión de cinco días el mercado perdió 6 BILLONES de dólares. Y claro, eso incluye los 100,000 millones de dólares que Elon Musk vio evaporarse como si fueran bitcoins en 2010.
"¡Ay no, 100 mil millones! ¿Dónde los dejé? ¿No estaban en la guantera del Tesla?"
Pero que no cunda el pánico, que Jeff Bezos también tuvo su semana de “rebajas”. En solo tres días perdió 21,000 millones. Un ligero ajuste, como cuando se te cae el sueldo del mes por la ventana. Tranquilo Jeff, todavía te quedan unos milloncitos… aunque claro, ahora tu fortuna suena a cambio para el Uber.
Y ahí no acaba la telenovela bursátil. Mark Zuckerberg, el padre de Facebook, Instagram y los stickers de WhatsApp que nunca usas, perdió la bonita suma de 34,000 millones. Ya ni el metaverso lo salva. A este paso, le va a tocar trabajar en atención al cliente de su propia empresa.
Cuando el libre comercio se vuelve “libre de ganancias”
¿El culpable de todo este desmadre económico? Pues claro: Donald Trump, el autoproclamado mesías del capitalismo, decidió que el libre comercio es muy siglo XX y que lo de hoy son los aranceles salvajes. Nada de acuerdos multilaterales. ¡Aislacionismo a lo bestia!
Eso sí, lo aplicó con estilo: mientras Wall Street se caía a pedazos, Trump andaba jugando golf, como si fuera el último emperador romano mientras su imperio arde. Lo llaman “liberación económica”. Nosotros le decimos “hundimiento sincronizado”.
¿Quién lo diría? ¡Trump siendo Trump!
Y ahora vienen los lamentos. Ken Griffin, megadonante republicano, dice que los aranceles son "un gran error". ¡No me digas, Ken! ¿Quién lo hubiera imaginado? ¿Quizás todos los economistas del planeta y hasta tu abuela?
Jamie Dimon, de JPMorgan, también salió a escribir su cartita de "queridos inversionistas, estamos fritos", señalando que esto probablemente dispare la inflación y arrastre a EE.UU. directo al fondo de la recesión. Mientras tanto, Larry Fink de BlackRock advierte que esto puede ser solo el principio del colapso.
“¿Quién podía predecir que ponerle tarifas a medio planeta no iba a salir bien?” — preguntó nadie nunca.
Hasta los influencers MAGA ahora se sienten pobres
Y claro, los podcasters pro-Trump, que antes le ponían altar al ex presidente en sus estudios, ahora están llorando porque sus portafolios de inversión se fueron al carajo. Uno incluso gritó en vivo: “¿Por qué soy pobre ahora?”. Hermano, no es que seas pobre, es que el capitalismo te guiñó el ojo... y luego te escupió en la cara.
Moral de la historia: el capitalismo no perdona a nadie, ni a sus mayores fans
Al final, esto no es una historia de pobres contra ricos. Es una historia de ricos siendo arruinados por el rico que más idolatraban. ¿Irónico? No. Es poético.
Y como dijo el Nobel de Economía Paul Krugman, “estos ultra ricos están sorprendidos de descubrir que Trump es quien siempre fue”.
Así que, multimillonarios del mundo: si van a jugar con fuego (y lo llaman política), al menos no se quejen cuando se quemen los billetes.
De llorar a reír... pero solo si eres amigo de Trump
¿Pensaste que la historia terminaba con los multimillonarios llorando por sus fortunas perdidas? Qué ingenuo tú, creyendo que este cuento tenía moraleja y justicia poética. ¡Nada de eso! Aquí viene el verdadero cierre de oro: Trump suspende los aranceles que causaron todo este terremoto financiero… pero solo después de que sus colegas compraran acciones a precio de liquidación.
Sí, justo antes del anuncio, el expresidente publicó en su red social un inocente mensajito, tipo guiño-guiño para sus amigos:
“THIS IS A GREAT TIME TO BUY!!! DJT”
Y, como si fueran parte de una secta con poderes adivinatorios (o simplemente con acceso privilegiado), Musk, Zuckerberg y otros compraron acciones por montones. ¿El resultado? Tan solo Musk se mete al bolsillo 36.000 millones, mientras que Zuckerberg se queda con 26.000 más, y el total del botín asciende a unos 300.000 millones de dólares.
¡El mejor truco de magia del siglo! Hacer desaparecer una crisis bursátil… y hacer aparecer fortunas privadas gigantescas, todo en un abrir y cerrar de tweets.
Manual rápido para que tus amigos se hagan aún más ricos (por si quieres jugar al Trump)
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Crea el caos: inventa una guerra comercial, impón aranceles, haz que el mercado se hunda como el Titanic con propulsión.
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Llora en público: haz que tus multimillonarios favoritos se quejen en redes para que parezca que esto es el apocalipsis financiero.
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Suelta la pista secreta: “Es buen momento para comprar” (guiño, guiño). Solo los listos —y los conectados— entenderán.
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Revierte la crisis: suspende los aranceles, di que todo era por el bien común.
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Mira cómo tus amigos se hacen obscenamente más ricos mientras los trabajadores seguimos esperando el ingreso de la quincena.
Epílogo: Libertad, pero para los de siempre
Porque claro, no es corrupción si lo haces a plena luz del día, no es abuso si nadie sale a pararte, y desde luego no es capitalismo salvaje si lo llamas “libertad de mercado”.
Y mientras tanto, el resto del mundo —nosotros, los espectadores de este show— nos quedamos con la bolsa de palomitas vacía y la cuenta del banco igual de triste que siempre.
Así que ya sabes: si vas a llorar por perder dinero en la bolsa, asegúrate de tener el número de Trump en el WhatsApp… o al menos una cuenta verificada en su red social. Porque en este circo financiero, los únicos que se forran son los que ya estaban forrados.
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