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Estas gafas no suben vídeos, pero te devuelven la vista


 ¡Al fin! Unas gafas que no intentan bombardearte con notificaciones, capturar tu alma en 4K o proyectarte un PowerPoint sobre el café de la mañana. En un mundo donde los gigantes tecnológicos parecen más obsesionados con convertir nuestras caras en pantallas de Times Square, la startup finlandesa IXI ha decidido hacer algo radicalmente útil: ayudarte a ver.

Sí, has leído bien. Mientras Mark Zuckerberg nos vende las Ray-Ban Meta como la puerta al metaverso y Apple te ofrece una experiencia inmersiva (y un dolor de cuello) con sus Vision Pro, en IXI han pensado: “¿Y si el problema no es ver más cosas, sino verlas mejor?”.

Y así nació la idea: gafas con autoenfoque, como una cámara réflex, pero sin la necesidad de cargar con una mochila de batería ni un máster en ingeniería para usarlas. Nada de cámaras, ni realidad aumentada, ni asistentes virtuales diciéndote que respires. Solo un par de lentes que ajustan automáticamente la graduación según lo que mires, ya sea un libro, el móvil o el horizonte mientras piensas en lo cara que está la vida.

El artífice de este milagro óptico es Niko Eiden, que tras 14 años en Nokia (sí, esa Nokia) y cofundar Varjo, una empresa de realidad mixta que ayudó a Microsoft con sus HoloLens, ha decidido que la verdadera disrupción no está en ponerte una oficina virtual en la cara, sino en que puedas leer las letras pequeñas sin entrecerrar los ojos como si quisieras hipnotizar el papel.

Tecnología al servicio de tus dioptrías

¿Cómo funciona esta maravilla? No hay magia negra, pero casi. Un sensor de bajo consumo rastrea tus ojos con pulsos de luz que detectan hacia dónde estás mirando y a qué distancia. Luego, una capa de cristal líquido entre dos láminas de plástico hace lo suyo: cambia su estructura y enfoca automáticamente con un retardo de solo 0,2 segundos. Más rápido que tu cerebro entendiendo que esas Vision Pro cuestan más que tu alquiler.

Eiden lo explica con sencillez: “Del enfoque estático al dinámico... es una evolución natural”. O lo que es lo mismo: de las gafas de abuelo a las gafas de ciencia ficción —pero sin perder la compostura ni parecer un robot de feria.

Adiós a los bifocales, hola al futuro

Además de ajustar la graduación, estas gafas eliminan uno de los mayores tormentos de los usuarios de progresivas: ese campo de visión reducido que convierte mirar de lado en un ejercicio de fe. Con el modelo de IXI, toda la lente ofrece visión clara, sin tener que mover la cabeza como si estuvieras en una clase de zumba.

Y sí, todo esto cabe en una montura convencional. Sin necesidad de parecerte a Robocop ni de explicar en cada reunión que "esto también son gafas, no es un visor de videojuegos".

La pregunta del millón

¿Y por qué no lo habían pensado antes Google, Apple, Samsung o Meta? Fácil: porque estaban muy ocupados en que sus gafas pudieran pedir un taxi, grabarte comiendo sushi o integrarse con tu NFT de desayuno. Ver bien es, al parecer, demasiado mainstream.

Por suerte, IXI ha demostrado que hay espacio para la innovación con sentido común. Y quizás, solo quizás, algún día los gigantes tecnológicos se den cuenta de que si algo tiene que tener una pantalla... mejor que sea la del cine, no tu cara.

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